Yessir13

Hace un par de meses logré avistar a una mujer que caminaba por la calle. Era rubia y tenía un cuerpo perfecto. No dude ni un segundo en seguirla cautelosamente.

La estuve vigilando. Captando cada uno de sus movimientos, su forma de actuar y su rutina. Ninguna de las mujeres que ahora están enterradas en mi jardín se comparaban a ella. Por fin, había encontrado a la mujer con la que había estado fantaseando todo este tiempo.

Por fin se acerca la hora de actuar. Miro impacientemente mi reloj mientras esperó en un arbusto cercano a la casa de la mujer. Intento calmarme mientras me digo a mi mismo: “Hoy es el día en el que mi sueño se hace realidad, nada puede ni debe salir mal.”

Ahí fue cuando la vi, estaba a punto de llegar a la casa. Se veía tan radiante, como siempre. Cuando la mujer estaba a punto de abrir la puerta, corrí hacia ella. La asfixié, cogí sus llaves, y la arrastré hacia la casa. Cerré la puerta por detrás, la dejé en el suelo y volteé para prender las luces.

Cuando las prendí, noté que la mujer ya no estaba. Busqué por toda la casa, listo para someter a mi víctima.

Subí corriendo las escaleras, al escuchar un ruido que provenía de una de las habitaciones del piso de arriba, siempre con una sonrisa en la cara. Sin embargo, esta sonrisa desapareció al entrar a la habitación. Lo único que había era un cartel que decía “Te atrapamos, maldito”. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Voltee para comenzar a correr y salir de allí, cayendo en cuenta de que era demasiado tarde: en el cuarto se encontraban ellas. Todas ellas.

Caí desmayado y desperté amarrado a una mesa, con las luces apagadas. Grité, grité lo más fuerte que pude, pero nadie pudo ni hubiera podido escucharme. Después de unos minutos se encendieron las luces. Esas mujeres, aquellas a las que había hecho sufrir, estaban al frente mío. Es entonces donde comenzó la tortura, la tortura perpetua que estoy sufriendo. Desearía estar muerto, pero cada que, moribundo, cierro los ojos, vuelvo a despertar, en el mismo cuarto, es como si me tuvieran encarcelado de alguna manera.

Ellas simplemente no tienen piedad de mí, siempre encuentran diferentes maneras de torturarme, así como yo las torturaba a ellas…

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